domingo, 29 de julio de 2007

El Aliento Perdido - Suerte de Cadaver Exquisito con mi amigo Edgar Allan Poe (sin su permiso).-



Largas noches e inútiles días me cubren con el manto del silencio. Todo lo que alguna vez tuve, convulsiona en mis brazos como una larva a punto de explotar; pero ninguna mariposa me encantara con su danza.

Alcé mi mirada al cielo, me perdí entre las nubes de inmensa oscuridad, intentando iluminar la desesperación que me absorbía. ¿Como podía el padre de la vida, el padre del amor, el padre de mi hijo, oscurecer aun más mi corazón? ¿Como podía él ser la causa de tanta peste y tanto odio? ¿Acaso lo exige el equilibrio? Pues yo nunca exigí belleza. Pero "la mayoría de los filósofos son muy poco filosóficos sobre diversos puntos de la filosofía", de manera que no existe respuesta suficientemente abstracta.

Yo amaba porque el amor es lo único que puede darle sentido a una vida de dedicación. El amor y la pasión -¡que me libren de semejante compromiso!- son los portales que conducen a la locura, el atajo que toman los artistas, los sensibles, los malditos. Yo amaba con locura -sangre de mi sangre, carne de mi carne- al hijo de mi vientre. El día en que tome sus manos con las mías y acaricie su cuerpo con mi cuerpo, sumergiéndome en el baño de sangre que el destino había preparado para mi, supe que con él moría mi esperanza, mi fe, mi ultimo rastro de inocencia y -lo mas terrible- mi libertad. "Mil vagas y lacrimosas fantasías se posesionaban de mi alma, y la idea del suicidio llego a cruzar por mi mente. Pero la perversidad de la naturaleza humana se caracteriza por rechazar lo obvio y lo fácil, prefiriendo lo distante y lo equivoco." Fuertes sentimientos afloraron desde regiones desconocidas de mí ser. Fuertes e irreconocibles; plenas pero pacificas. "Viva, pero con todas las características de la muerte; muerta, con todas las propensiones de los vivos; una verdadera anomalía sobre la tierra; perfectamente tranquila y, no obstante, sin aliento."

Y los veo correr, tambalearse, caer y levantarse. Veo a estos trapecistas de la vida, que nada quieren, pero todo tienen. "Muchas personas [...] estiman las cosas que poseen -por mas insignificantes que sean para ellas, y aun molestas o incomodas- en relación directa de las ventajas que obtendrían otras personas si las consiguieran." Pero no los compadezco, pues su vida es infinitamente dichosa, mientras la mía es completamente miserable. Y ellos tampoco me compadecen. "¿A quién se le ocurriría compadecer a una sombra?"

Y como una sombra de injusticia, de masacre, de impotencia, mi alma ronda en los vastos jardines del purgatorio, descifrando, descubriendo, comprendiendo, si es posible, y buscando lograr la "erección de un santuario y un templo al Dios apropiado".

A Poe

20/07/07

lunes, 16 de julio de 2007

Capítulo V - (come de mi)



Él era la solución a mi padecimiento, a través de largos monólogos de mi parte, los cuales finalizaban con sus conclusiones y consejos. Él me quitaba el miedo, y, por lo tanto, el pudor. Yo me entregaba en cada gota. Sí, yo goteaba en mi admiración y necesidad de posesión; y también me desangraba en mi incapacidad de poseerlo del todo. Aunque lo abrazara, siempre una parte de él no me pertenecía. Y eso me enloquecía. Parte de esa locura aun la conservo.

Lo conocí cuando hablaba conmigo misma, y de pronto, una voz desconocida surgió de mi cabeza.

- ¿Quién eres?

- Si no sabes quien eres no puedes pretender comprender quién soy yo. Me limitaré a ser y a exigirte que te limites a ser.

- Me confundo con tus palabras; tal vez seas quien busco.

- Me gustaría poder ayudarte.

- ¿Eres el amor que busco (tan indescriptible que hasta su propia madre no lo reconocería)?

- No lo se. Eso lo dejo a tu criterio.

Decidí averiguarlo, y él decidió esperanzarme en vano. Tomó mi mano y me llevó a la parte más hermosa del bosque en el que desperté. Los árboles nos rodeaban con expectante incredulidad, cuando él quiso engañarme a través de mi amor de la misma forma en la que Ella me había convencido. Me entregué completamente, en cada gota, en cada suspiro, como antes detallé. Luego caímos dormidos, y así descansamos, luego de un día agotador. Cuando desperté nuevamente, él estaba clavando sus colmillos en mi carne, intentado convertirme en un Hijo de la Noche, para no convertirse él en un Hijo del Dolor.

Allí lo dejé, solo y triste; al menos eso espero. No me molestó que comas de mi: me molestó que lo hicieras a espaldas del honor. Solo puedo desearte una eternidad breve, bañada de placer y locura (las llaves de la inconciencia). Me gustaría poder brindártelos, pero no resisto tanta insanidad por tanto tiempo, aunque esa es mi rotunda meta. Tal vez algún día puedas ser mi Amor, cuando yo logre superarme. Pero por ahora me limito a reprocharte por abandonarme indirectamente, a través de tu propia felicidad. Por ahora me limito a ser.


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El misterio es un arma de extremo poder contra un alma débil.

sábado, 14 de julio de 2007

[intervalo]



Manteniéndome desprotegida logre tu protección. Pero, ahora que la belleza de la tentación te acecha soy solo una manta protegiendo el frío en tu lecho, cuya calidez existe solo por mi peso sobre el, y su tibieza, por mi obligación de arrodillarme a rezar a su lado. Le pido a Dios que me proteja de tu abandono, de tu conciencia y de tu humanidad, porque solo cuando me amas en un sueño me amas como soy.


28·02·06



miércoles, 4 de julio de 2007

Capítulo V - La sal de mis lágrimas


Conocí a otro hombre (en realidad él fue el primer hombre al que conocí), el cual me guió, me impulsó a desprenderme de mi propio dolor al poder contemplarlo. Me dio instrumentos suficientes para expresarme. Cantábamos y llorábamos juntos, tan inseparables como el dolor y el arte. Él fue el que me enseñó a llorar correctamente.

Yo solía llamarlo cuando mi alma desbordaba por mi cuerpo- cuando ya no cabía más información que detestar. Él venía, sonriendo trágicamente. Yo lo recibía, con esa boca que gritaba "¡No me dejes! ¡No te vayas! ¡No me uses! ¿No ves que te pertenezco? ¿No comprendes que te necesito- que te extraño- que te anhelo- que te quiero- que te admiro- que te aprecio- que te preciso a mi lado? ¡Quédate, por favor!". Es obvio que no aprendí nada de él: no correctamente; por tanto, aun no lloro correctamente.

Él no podía responder a mi patético ruego otra cosa que "me quedaré toda la noche, deseando un futuro repleto de belleza a tu lado". Esa noche se convirtió en una vida... De hecho, aun creo que sigue estando aquí. Él me consolaba con sus hermosas palabras, y me juraba paz eterna con cada verso de cada poesía.

¿Por qué no pude comprender, en ese momento, que la paz nunca es eterna? ¿Eso no me prevendría de todo daño que él me causara? Supongo que sí. Es muy cruel la decepción...

Así como sonrió trágicamente por centurias, una vez, solo sonrió. Y esa fue la mueca más trágica que haya visto jamás. Él me dijo "Muy bien, pequeñita, ya es hora de que des tus frutos. Mi cariño no hará más que estancarte en tu dicha. Ya comprendes las razones y comprendes los motivos, y yo quiero dormir lo que en todas estas noches me has robado". Así me dejó sola, esperando de mí, la belleza que él solía derrochar.

A veces creo que fue un sueño; a veces, creo que fue parte de mis propios deseos. A veces, creo que lo único que debería haberle dicho, debería haber sido un simple (y a su vez tan complejo) "te amo". Tal vez, de ese modo, no hubiera necesitado escalar hacia la felicidad. Y él no hubiera necesitado escapar hacia su propia muerte...


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"Feeling lonely and content at the same time

I believe,

Is a rare kind of happiness..."

Quisiera poder ver la luz en el tunel, la magia en la soledad, la felicidad en la muerte..






Pero hoy solo puedo ver la soledad en la muerte...